Transhumanismo

David Ezpeleta

Servicio de Neurología, Hospital Universitario Quirónsalud, Madrid, España; Miembro del Comité ad hoc de Nuevas Tecnologías e Innovación de la Sociedad Española de Neurología; Director de Kranion

*Correspondencia: David Ezpeleta. Email: david.ezpeleta@sen.es

Resumen

De un tiempo a esta parte, el debate sobre el transhumanismo y otras corrientes de pensamiento interrelacionadas, como el antihumanismo, el metahumanismo, los nuevos materialismos1 y, a la postre, el posthumanismo, ha dejado de pertenecer exclusivamente al ámbito de la filosofía, la tecnoética y la ingeniería prospectivas para llegar a la arena científica actual. Lo que antes parecía un ejercicio dialéctico más propio de la ciencia ficción, resulta que también es ciencia canónica, y muchas de las proyecciones de pensadores como Stanis?aw Lem, Raymond Kurzweil o Nick Bostrom, poco a poco se están cumpliendo.

Contenido

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De un tiempo a esta parte, el debate sobre el transhumanismo y otras corrientes de pensamiento interrelacionadas, como el antihumanismo, el metahumanismo, los nuevos materialismos1 y, a la postre, el posthumanismo, ha dejado de pertenecer exclusivamente al ámbito de la filosofía, la tecnoética y la ingeniería prospectivas para llegar a la arena científica actual. Lo que antes parecía un ejercicio dialéctico más propio de la ciencia ficción, resulta que también es ciencia canónica, y muchas de las proyecciones de pensadores como Stanisław Lem, Raymond Kurzweil o Nick Bostrom, poco a poco se están cumpliendo.

En 2019, en el Grupo de Humanidades e Historia de la Neurología de la Sociedad Española de Neurología (SEN) y en TecnoSEN, el Comité de Nuevas Tecnologías e Innovación de la SEN, entendimos que todo esto iba serio, de modo que organizamos al alimón una mañana científica en el marco de la LXXI Reunión Anual de la SEN titulada Historia del futuro: el hombre máquina y la máquina humana, cuyo programa puede consultarse en la figura 1. Para entonces, el grupo de investigación de Rafael Yuste había conseguido implantar engramas de memoria en animales de experimentación, podía hablarse con conocimiento de causa de leer y escribir en el cerebro e incluso de hackearlo, Marcello Ienca y Roberto Andorno habían empleado por primera vez el término «neuroderechos»2,3 y se había creado The NeuroRights Foundation, liderada por Rafael Yuste4.

FIGURA 1. Programa de la reunión conjunta del Grupo de Estudio de Humanidades e Historia de la Neurología y el Comité de Nuevas Tecnologías e Innovación de la SEN. Historia del futuro: el hombre máquina y la máquina humana. LXXI Reunión Anual de la SEN. Sevilla, 22 de noviembre de 2019.

Sin embargo en los dos últimos años todo se ha acelerado. El principal factor catalizador fue el lanzamiento de ChatGPT 3.5 el 30 de noviembre de 2022 y de GPT-4 el 14 de marzo de 2023 por la empresa OpenAI, un robot conversacional capaz de generar texto mediante una predicción estadística palabra por palabra y de forma inmediata, como si de un oráculo superhumano se tratase. El logro más importante de la evolución humana, el lenguaje, asiento y vehículo de nuestra cultura, emulado y en muchos aspectos superado por una inteligencia artificial (IA) avanzada que nadie se esperaba, al menos con ese grado de desarrollo. A diferencia de otras tecnologías, como internet o los móviles inteligentes, que fueron permeando en la sociedad de forma progresiva, en años, la IA generativa lo ha hecho prácticamente de golpe. Tras GPT-4 se lanzaron otros modelos similares por otras empresas, pocas, que ahora copan el mercado, a cada cual más potente, con más miles de millones de parámetros, con mayores ventanas de contexto, capaces no solo de responder a una orden escrita por un humano, sino de interpretar imágenes, voz directa, música, vídeo y generar todas y cada de una de estas modalidades de una forma asombrosa.

Otro factor catalizador ha sido el avance de las interfaces cerebro-computadora o cerebro-máquina. Si bien se lleva décadas trabajando en esto, en los últimos meses se han publicado avances hasta hace poco inimaginables. Y de nuevo el lenguaje humano. Por ejemplo, en pacientes con anartria (esclerosis lateral amiotrófica [ELA], ictus de tronco de larga evolución) se ha conseguido descodificar el lenguaje y reconstruir el habla mediante interfaces implantadas en áreas cerebrales del lenguaje y sensores en músculos orofonatorios, generando texto en pantalla, voz sintetizada o un avatar parlante en pantalla57. En esta línea, el trabajo más impresionante a nuestro juicio ha sido el reconstructor semántico de lenguaje continuo mediante el registro de la señal cerebral de forma no invasiva: la «máquina del pensamiento», así bautizada de inmediato por la prensa generalista. En este caso, la señal no fue eléctrica, sino mediante el registro de la señal BOLD de resonancia magnética8.

De acuerdo, ya hay tecnología que permite leer el cerebro, y no solo en lo que al lenguaje concierne, también imágenes fijas, en movimiento e incluso la música que el paciente escucha en quirófano9. No obstante, es clave remarcar que estos descodificadores funcionan gracias a una IA entrenada para tal propósito que tiene un truco: su particular piedra de Rosetta, pues estos modelos de IA, durante su entrenamiento, conocen el significado de los datos de entrenamiento (a los pacientes con ELA o secuelas de ictus se les indica lo que deben pensar para luego «decirlo», y los tres sujetos que participaron en el experimento del codificador semántico pasaron 16 horas escuchando un podcast dentro de la resonancia, por ejemplo). Luego, a la hora de la descodificación de la señal, la IA, previamente entrenada, analiza el «idioma» de la señal (eléctrica cerebral, BOLD u otras modalidades) y reconstruye con aceptable precisión lo que el sujeto quiere decir, está escuchando o piensa, gracias a un proceso estadístico (modelo de IA entrenado, frecuencia de uso de palabras en el lenguaje natural) y autocompletado por IA generativa.

Asunto muy diferente es el proceso inverso: escribir directamente en el cerebro humano. Sin conocer su lenguaje íntimo, actualmente no es posible. Una cosa es interpretar una señal cerebral gracias a una piedra de Rosetta, pero otra bien distinta escribir directamente en el cerebro sin conocer ninguno de sus idiomas. En animales se ha conseguido algún hito con fotoestimulación optogenética u optoquímica, pero esta tecnología queda muy lejana para nuestra especie. Dicha asimetría es fundamental a la hora de ponderar los anhelos transhumanistas y las posibilidades reales del neuroenhancement directo y tecnológicamente mediado, es decir, la mejora de las funciones sensoriales, cognitivas, afectivas, creativas, motoras, etc. del cerebro humano sano mediante interfaces cerebro-computadora invasivas, no invasivas u otras técnicas.

Hay una serie británica, Years & Years, de 2019, que narra la historia de la familia Lyons a lo largo de quince años clave de la sociedad británica, repletos de convulsos cambios políticos, económicos y tecnológicos10. Uno de estos cambios tiene que ver con el transhumanismo. En un momento dado de la serie, un personaje transfiere su mente, su pensamiento, sus recuerdos y su consciencia a internet para así perdurar digitalmente. Justo antes entabla la siguiente conversación con los técnicos que están guiando el proceso:

  • «Os equivocáis. ¿Sabéis? Estáis equivocados.
  • ¿En qué sentido?
  • Todo lo que habéis guardado. Todas las descargas. Esas partes de mí que habéis copiado en agua, no tenéis ni idea de lo que son en realidad. Yo no soy un pedazo de código, no soy información. Todos esos recuerdos no son solo hechos, son mucho más que eso. Son mi familia. Y mi amante. Son mi madre y mi hermano, que murió hace años. Son el amor. Eso es en lo que me convierto. En amor. Soy amor».

Tanto hablar de transhumanismo, posthumanismo, nuevos materialismos, neurotecnología, IA, interfaces cerebro-computadora, neuroenhancement, superpoderes y neuroderechos; tanta prospección, proyección y futurología y se nos había olvidado lo más importante. Sin los nuestros, sin los demás, no somos nada. Y tampoco lo seremos.

    Tiempos Editoriales

    El proceso editorial consta de 6 pasos:

    1. Recepción del manuscrito (indeterminado, dependiendo de que el autor cumpla con los requisitos): su objetivo es comprobar que el manuscrito cumple con las especificaciones de estas instrucciones para autores y que la documentación remitida está completa.

    2. Revisión editorial inicial (máximo 5 días hábiles): su objetivo es corroborar la pertinencia, actualidad, originalidad y aportación científica del manuscrito, así como la solidez metodológica y estadística del estudio. En este momento se someterá a un sistema electrónico de detección de plagio. Derivado de ello se podrá obtener un dictamen de rechazado o se enviará a revisión por investigadores pares.

    3. Revisión por investigadores pares (máximo 30 días hábiles): Se obtendrá la opinión de al menos dos personas expertas en el área en cuestión, quienes evaluaran los aspectos técnicos y metodológicos de la investigación

    4. Revisión editorial (máximo 7 días hábiles): su objetivo es tomar una decisión basada en la opinión de revisores pares. El dictamen puede ser rechazado, cambios mayores, cambios menores o aceptado. En el caso de cambios mayores o menores se someterá  nuevamente a evaluación por los revisores pares iniciales.

    5. Edición final (6 semanas): su objetivo es la edición técnica y lingüística (y traducción), maquetación de galeras, asignación del DOI, y corrección por parte del autor.

    6. Publicación adelantada: Todos los manuscritos serán publicados ahead of print en la página web de la revista en cuanto completen el proceso de edición, hasta ser incorporados en un número final de la revista.