«Las migrañas han afectado a mi música de muchas maneras, y viceversa»
JEFF TWEEDY
INTRODUCCIÓN
El informe sobre «Carga mundial de morbilidad» sitúa a las cefaleas como la segunda causa de años vividos con discapacidad1. La prevalencia de estos trastornos en la población sustenta su impacto. Según la Sociedad Española de Neurología en su comunicado de presentación de la última Guía oficial de práctica clínica en cefaleas, dentro de las cefaleas primarias, la cefalea tipo tensional sería el tipo de dolor más prevalente (66%), seguido de la migraña (18%)2.
Escasos son los datos sobre la prevalencia de las cefaleas en músicos. En conocimiento del autor, solo existe un estudio realizado en Países Bajos que evaluó la prevalencia de cefalea mediante una encuesta completada por 1.470 músicos vocalistas o instrumentistas, constatándose una prevalencia global del 42,5%, más alta en cantantes (45,5%)3.
El término música popular fue introducido por el filósofo alemán Theodor W. Adorno en su ensayo Sobre la música popular, publicado en Studies in Phylosophy and Social Sciences en 1941. Desde una perspectiva actual y en sentido más amplio, la música popular se refiere a una serie de géneros musicales que resultan atractivos para el público general y que habitualmente se distribuyen a grandes audiencias por medio de la industria de la música.
El musicólogo y especialista en música popular Philip Tagg definió el concepto a la luz de aspectos socioculturales y económicos4:
«La música popular, a diferencia de la música culta: 1) se concibe para ser distribuida de forma masiva, y frecuentemente por grupos grandes y socioculturalmente heterogéneos; 2) se distribuye y almacena de forma no escrita; 3) solo es posible en una economía monetaria industrial donde se convierte en una mercancía, y 4) en sociedades capitalistas sujetas a las leyes del libre mercado, idealmente debe vender lo más posible, de lo menos posible, al mayor precio posible».
El punto de inflexión para el auge de la música popular sucede a partir del primer tercio del siglo xx con el nacimiento del jazz y el rock, que se valieron de los medios de comunicación masiva para propagarse. Los solistas o los grupos con una cantidad reducida de miembros serán las formaciones más comunes. La ubicuidad de aquellos artistas musicales agraciados por Euterpe, metamorfoseada en compañías discográficas o productoras del mundo del espectáculo los convertirá en iconos.
Las cefaleas, en especial la migraña, es un tema frecuente en la música popular5,6. Ninguno de los artistas incluidos en estas referencias5,6 pueden considerarse iconos de la música popular según la revista Rolling Stone (RS)7.
El dolor de cabeza y la música son experiencias humanas universales que a veces coinciden e influyen en ambas direcciones en el proceso creativo del artista musical.
Este trabajo, que surge del conocimiento musical adquirido por el autor, se propone ampliar el conocimiento sobre cómo las cefaleas están representadas en la música popular, describiendo una serie de iconos de esta que padecieron algún tipo de cefalea, sus connotaciones y los temas que compusieron al respecto.
JEFF TWEEDY COMO PARADIGMA DEL PACIENTE CON MIGRAÑA CRÓNICA, CEFALEA POR ABUSO DE MEDICACIÓN Y COMORBILIDAD PSIQUIÁTRICA
Jeffrey Scot «Jeff» Tweedy (Belleville, Illinois, 25 de agosto de 1967), músico y poeta estadounidense, es uno de los compositores más importantes en la historia del rock. Wilco, su banda, es considerada por RS como «una de las bandas estadounidenses más consistentemente interesantes» y como «los impresionistas principales del rock en Estados Unidos», incluyéndola en el puesto número 26 de su lista sobre los 100 mejores grupos de la historia del rock (2010).
En su reciente autobiografía Vámonos (para poder volver)8, Jeff repasa su biografía sin rehuir los momentos más duros de su vida. En el libro hay un extenso capítulo en el que profundiza sobre sus crisis de migraña y su adicción a Vicodin® (hidrocodona + paracetamol) y otros opiáceos (parece que incluso llegó a sisarle morfina a su suegra, enferma de cáncer), lo que ya dio a conocer en un artículo que publicó en The New York Times en 20089.
Años después de salir de la pesadilla de la migraña crónica y del «imperio del dolor» (el autor recomienda la lectura del libro homónimo de Patrick Radden Keefe; editorial Reservoir Books, 2021), nos relata con una admirable precisión clínica su dolencia:
«Sinceramente, no recuerdo ningún momento de mi vida en el que no haya tenido dolores de cabeza, sé lo que eran y sé que eran migrañas. Mi madre sufría migrañas y mi hermana también. No sé con seguridad si yo tenía migrañas o simplemente llamaba migraña a cada dolor de cabeza porque mi madre las tenía (…) pero, como he dicho, no recuerdo un momento de mi vida en el que no las tuviera. De niño, perdía muchas clases porque me deshidrataba periódicamente: vomitaba mucho con cada migraña y a menudo continuaba así durante horas y horas, a veces hasta 12 horas».
Jeff profundiza en la descripción y aporta un explícito a qué lo atribuye, describiendo su comorbilidad psiquiátrica.
«Mi teoría es que, en mi caso, las migrañas estaban relacionadas con mis trastornos del estado de ánimo (…), pero eran otros tiempos. En la generación de mis padres, si un niño sufría un trastorno del estado de ánimo, la respuesta típica era: “¿Por qué lloras? Te daré algo por lo que llorar”. Suena muy duro, pero es una realidad de mi infancia. Me resultaba mucho más difícil explicar “estoy triste sin motivo” que ver que sufría de verdad. En otras palabras, el sufrimiento psicológico puede haberse manifestado en un dolor muy real como el de la migraña, que era mucho más fácil de expresar».
A principios de la década de los 2000, se hizo adicto a los opiáceos, poniendo en riesgo tanto su carrera como su vida.
«En cuanto a los analgésicos, al principio ocurrió lo mismo que con muchas drogas que llegan a manos de los músicos de rock. Alguien me los dio en algún momento y los tomé. Me daba una sensación de bienestar que me faltaba en mis periodos de depresión y pánico. Así que pensé que sería estupendo poder sentirme así todo el tiempo.
Pero realmente se convirtió en un problema cuando me di cuenta de que podía conseguir un montón de ellos porque sufría de migrañas. Los analgésicos potentes, como la hidrocodona y el Oxycontin®, hacen que no te importe el dolor, y eso era muy deseable para mí: poder seguir trabajando, ser creativo, hacer música y sentirme normal».
Al igual que muchos adictos, se las ingenia para demostrarse a sí mismo que su caso es diferente, no aceptando su dependencia y justificándose en su dolor real.
«Para mí, tener un dolor físico muy real era una forma muy fácil de convencerme a mí mismo de que había algo diferente en mí. Me repetía que no estaba siendo débil. No soy un yonqui que quiere desaparecer. Tengo migrañas reales. Tengo ataques de pánico reales. Lo sé todo sobre la adicción y esto no lo es».
Finalmente llegó el colapso que propició su rehabilitación y, mediante su experiencia, subraya el imprescindible abordaje multidisciplinario que requiere un paciente con migraña crónica y abuso de analgésicos:
«El hospital al que fui para tratar mi adicción a los analgésicos era un centro de “diagnóstico dual”: trataron mi trastorno de pánico y mi depresión simultáneamente. Y descubrí que una vez que pude controlar esas dos cosas, he podido estar casi libre de migrañas durante los últimos cuatro años.
(…) Y creo que fue la primera vez en mi vida que recibí ayuda competente. Había tenido un psiquiatra que me recetaba fármacos sin conciencia. Y también tuve un terapeuta que me dijo que necesitaba los analgésicos porque tenía migrañas y que no necesitaba los antidepresivos porque solo estaban limitando mi energía creativa. Ese tipo era un charlatán, un idiota. Pero cuando te encuentras en un estado tan vulnerable y desesperado como el mío, quieres que alguien te ayude. Era vulnerable y necesitaba que alguien me ayudara. Pero me ayudaron muy, muy mal. Cuando llegué al hospital, era la primera vez que recibía una atención seria y sentí que me ayudaban médicos serios y sensatos (…).
En los últimos cuatro años he descubierto que sí, me duele la cabeza, pero soy más consciente y estoy más alerta y puedo atajarlo antes con algo tan sencillo como un poco de ibuprofeno (…)».
Una personalidad tan brillante como la de Jeff no deja pasar por alto uno de los tópicos más destructivos a los que se enfrenta un paciente con migraña, ser considerado un farsante:
«Estoy seguro de que había percepciones erróneas sobre mi estado. Al ver a un músico de rock vomitando en un lateral del escenario, seguro que la gente pensaba que estaba completamente drogado. Lo loco es que, en mi negocio, ese tipo de cosas se consideran una ventaja. Enfermo pero auténtico.
Recuerdo una vez que fuimos teloneros de R.E.M. en un estadio de fútbol en Italia. Yo estaba realmente en mal estado tratando de prepararme para salir al escenario. Estaba sentado en la ducha, en una silla del camerino, con agua fría cayendo sobre mi cabeza porque era lo único que podía hacer que me sentara bien. El road manager llamó a los paramédicos locales, que vinieron, me miraron y me dijeron: “¿Qué se ha tomado?”. Fue muy difícil de explicar en un inglés entrecortado que no estaba teniendo una sobredosis. Era como tener siete años otra vez, y sentirse avergonzado ante las cejas arqueadas de adultos incrédulos, que me fruncían el ceño y me decían: “¿Migrañas? ¡Venga ya!…” Incluso teniendo migrañas, entiendo ese instinto de no creérselo cuando alguien dice: “Tengo migraña” (…) he oído a gente decirlo y he querido decirle: “¡Venga, ponte las pilas! Tenemos que hacer esto.” Obviamente tengo un montón de compasión, pero es algo tan difícil de comunicar… En muchos casos, las personas que sufren migrañas parecen como si estuvieran fingiendo un dolor ridículo».
Tras este impresionante relato sobre el padecimiento y sus consecuencias, veamos cómo este influyó en el proceso creativo del artista:
«Las migrañas han afectado a mi música de muchas maneras, y viceversa: ser músico me ha permitido –a falta de una expresión mejor– sobreponerme al dolor de vez en cuando. Nunca me he perdido un concierto por culpa de una migraña. Pero he tocado en conciertos horribles y los he interrumpido porque no podía hacer nada para seguir. He dado conciertos en los que tenía un cubo al lado del escenario en el que vomitaba entre canción y canción. Ha habido un montón de experiencias horribles intentando, bueno, ya sabes, que el espectáculo continuara.
En los peores periodos de sufrimiento migrañoso, sobre todo durante la grabación del disco A ghost is born, era muy difícil salir del círculo vicioso del dolor, alivio del dolor y abuso de analgésicos. Durante gran parte del disco intentaba no estar demasiado drogado y, como resultado, sufría enormes dolores punzantes de tipo migrañoso. En el disco hay mucho material que refleja mi condición. En concreto, hay una pieza musical (Less than you think) que termina con un zumbido de 12 minutos en el que intenté expresar con música el lento y doloroso ascenso y disipación de la migraña, un ruido mecánico repetitivo que imita los paisajes alienígenas aislados que las migrañas a menudo inducen cuando el dolor envuelve tan fuerte el cráneo y comienza a distorsionar la percepción de la luz y el tiempo (…).
- Your mind’s a machine
- It’s deadly and dull
- It’s never been still and its will
- Has never been free
- Lightly tapping
- A high-pitched drum
- As your spine starts to shine
- You shiver at your soul…
- A fist so clear and climbing
- Punches a hole…
(…) Spiders (Kidsmoke) es otra. Creo que tocamos esa canción una o dos veces. Sabíamos que iba a estar en el disco, pero en las condiciones en las que me encontraba era un verdadero reto. Así que cuando la montamos, el arreglo acabó siendo lo más minimalista posible, con el menor número de cambios de acordes, y yo me limité a leer la letra y a puntuarla con golpes de guitarra, básicamente para tocar la canción. Acabó siendo una canción de la que estábamos muy orgullosos. Pero no fue muy divertido grabarla».
LAS CEFALEAS DEL «CAMALEÓN DEL POP»
«Artista polifacético, carismático, innovador y revolucionario, ambiguo, transformista, camaleónico (su anisocoria como consecuencia de una pelea por una chica que tuvo siendo adolescente hacía que pareciera como si uno de sus ojos fuera azul y el otro color café), Bowie, David Robert Jones, nacido el 8 de enero del año 1947 en Brixton, Londres, falleció el 10 de enero de 2016 tras 18 meses de lucha contra el cáncer. Cantante, compositor, productor, actor. ¿Rainbow Man, Ziggy Stardust, The Thin White Duke o Nathan Adler?, David Bowie fue el camaleón del pop británico y todo el mundo conoce sus éxitos atemporales» (Santiago Alcanda, Como lo oyes; Radio 3, 11 de enero de 2016). El hombre de las mil caras representa como ningún otro en la música popular el arte total del siglo XX.
Bowie ocupa respectivamente los puestos número 39 y 23 de las listas RS de «Inmortales: los 100 artistas más grandes de todos los tiempos» y «Los 100 mejores cantantes». Autor de 456 temas de leyenda10, todos tenemos al menos un recuerdo vinculado a sus canciones. En la letra de dos de ellas, When I’m five y Time will craw, se refiere a sus cefaleas.
Bowie escribió When I’m five en 1968 y la grabó para la radio de la BBC. También se incluyó en la película de 1969 Love you till tuesday y en la reedición Deluxe Edition del álbum David Bowie (1967) en 2010.
- When I’m five I will catch a fly and eat it and I won’t be sick
- When I’m five I will walk in puddles, laugh in church and marry my Mum….
- I get headaches in the morning…
Time will crawl se incluyó en su decimoséptimo álbum de estudio, Never let me down, lanzado el 20 de abril de 1987 por el sello de EMI. El tema fue uno de los tres sencillos que se publicaron a partir del disco y fue un éxito Top 10 a nivel mundial.
- …I got a bad migraine
- That lasted three long years
- And the pills that I took
- Made my fingers disappear
- Time will crawl…
- ‘Til the 21st century lose
Bowie nos cuenta que ya con cinco años tenía cefaleas al levantarse y que a los 40 padecía migrañas desde tres años antes; y, por las referencias visuales incluidas, probablemente algunas de ellas se acompañaban de aura. No parece osado aventurar que las trataba con ergotamínicos por el efecto que describe en sus dedos.
Es más aventurado atribuir una causa para sus cefaleas más tempranas. Quizá no sea erróneo considerar una cefalea de esfuerzo o una cefalea secundaria asociada a la práctica de tocar el saxofón11,12 (Fig. 1). Con 15 años Bowie formó su primera banda, The Konrads, donde era el saxofonista, aunque posteriormente se decidió que debería cantar las voces principales para la maqueta porque era del grupo quien mejor cantaba.
FIGURA 1. A: Bowie a los 16 años, solista y saxofonista de The Konrads. B: en actitud pensativa o aliviándose un dolor de cabeza. Dominio público.
«MANO LENTA» CLAPTON: CEFALEA Y ALCOHOL
Eric Patrick Clapton (Ripley, Surrey, Inglaterra, 30 de marzo de 1945) es conocido por su magistral habilidad con la guitarra eléctrica, en concreto con su Stratocaster. Apodado Slowhand desde su época en The Yardbirds, y God en su época con Cream, es miembro del Salón de la Fama del Rock and Roll por partida triple: como miembro de The Yardbirds y de Cream, y por su carrera como solista. En opinión de muchos críticos, ha sido uno de los artistas de la cultura de masas más respetados e influyentes de todos los tiempos. Aparece en el puesto número 4 de la lista «Los 100 guitarristas más grandes de todos los tiempos» de la revista RS y en el puesto número 55 de su especial «Inmortales».
Los primeros años de la década de los 70 fueron desastrosos para la vida de Clapton, dominado por sus adicciones. Desde que alrededor de 1973 cambió su adicción a la heroína por el alcohol, estuvo casi siempre borracho hasta que se desintoxicó a finales de los años ochenta, según nos cuenta el escritor Philip Norman en Slowhand: The Life and Music of Eric Clapton.
Está suficientemente establecido el papel que el alcohol representa como desencadenante o favorecedor en diferentes tipos de cefalea13,14, habiéndose caracterizado el fenotipo clínico de la cefalea retardada inducida por alcohol o cefalea de la resaca15.
Este tipo de dolor de cabeza es la que nos relata Clapton en su blues rock Bottle of red wine, obra escrita y grabada para su álbum de estudio Eric Clapton de 1970.
- Get up, get your man a bottle of red wine
- I can’t get up out of bed
- With this crazy feeling in my head
- I said get up right now, oh oh
- I said get up right now
Feel so bad this morning, got a terrible headache in my head…
Por otra parte, los efectos del alcohol como factor desencadenante de una cefalea se reflejan en la canción Wonderful tonight, escrita para su entonces esposa Pattie Boyd e incluida en su álbum de 1977 Slowhand.
- It’s late in the evening…
- We go to a party…
- It’s time to go home now
- And I’ve got an aching head…
En 2016, Clapton reveló en una entrevista concedida a la revista Classic Rock que padece una neuropatía periférica que le dificulta tocar la guitarra, quizá otra consecuencia de sus antecedentes de alcoholismo.
EL NIHILISMO TERAPÉUTICO FRENTE AL DOLOR DE CABEZA: VAN THE MAN
Sir George Ivan Morrison (Belfast, 31 de agosto 1945), conocido como Van Morrison y por los alias Van the Man y The Belfast Lion, es un cantautor y multiinstrumentista cuya carrera discográfica abarca casi seis décadas16. Artista huraño y de mal carácter, brillante, excéntrico e impredecible, capaz de lo mejor y lo peor sobre un escenario, Morrison se ganó el mito como uno de los artistas más fascinantes e intransigentes del rock and roll.
RS le sitúa en el puesto número 42 entre los 100 artistas más grandes de todos los tiempos, y en el puesto 24 de entre los 100 mejores cantantes, y destaca que «su influencia entre los compositores de rock es inigualable a la de cualquier otro artista salvo por la de otra leyenda, Bob Dylan».
Hay abundante bibliografía que incluye descripciones clínicas de pacientes con migraña caracterizados como sujetos hostiles, resentidos y rígidos17,18. La personalidad de Morrison asociada con un carácter iracundo e imprevisible es probable que le haya hecho padecer crisis de dolor de cabeza, quizá migrañas, situación en las que no podría hacer otra cosa que dormir19. Así lo expresa en el tema Ain’t nothin’ you can do, incluido en su disco It’s too late to stop now, publicado en 2016.
- When you got a headache
- And you try to soothe the pain
- Go right back to sleep
- And you’ll feel alright again
LA CEFALEA COMO METÁFORA EN EL OLIMPO DE LA MÚSICA POPULAR: BING CROSBY, ELVIS PRESLEY Y THE BEATLES
Es frecuente que el dolor se exprese por medio de metáforas20. Antes se ha comentado que algunas de las composiciones de Jeff Tweddy son en su conjunto metáforas sobre sus migrañas. Los diversos aspectos metafóricos de la migraña la convierten en una fuente de inspiración para los escritores21. Veamos algunos sutiles ejemplos en algunas de las canciones interpretadas o compuestas por «dioses» de la música popular.
Harry Lillis «Bing» Crosby Jr. (Tacoma, Washington, 3 de mayo de 1903-La Moraleja, Alcobendas, Madrid, España, 14 de octubre de 1977), conocido como Bing Crosby, fue uno de los primeros artistas multimedia. El inicio de su carrera coincidió con el desarrollo de la grabación magnetofónica. Alcanzó los primeros puestos en cifras de venta de discos, índices de audiencia en radio y en beneficios brutos de películas desde 1930 hasta 1954. Actuó en más de 70 películas y grabó 400 singles de éxito, entre más de 1.600 canciones, un logro que nadie (ni Elvis, ni los Beatles) ha llegado a igualar. Su canción White Christmas es el sencillo más vendido de todos los tiempos, con más de 50 millones de copias en todo el mundo. You’re a sweet little headache, canción grabada por Bing Crosby para la DECCA en 1938 (Fig. 2), se incluyó posteriormente en la banda sonora de Paris honeymoon.
FIGURA 2. Galleta del disco You’re a sweet little headache, 1939. Dominio público.
- You’re a sweet little headache
- But you are lots of fun
- I’ve a good mind to spank you
- Then thank you for all you’ve done
- You’re a sweet little headache
- But a sweet little heartache
- You’ll turn out to be some day
«Elvis cambió el mundo tanto como lo pudo cambiar Freud con el psicoanálisis», sentencia el escritor Manuel Vilas, Premio Nadal 2022. Freud fue, por cierto, un gran doliente de cefaleas22.
Elvis Presley fue el primero de casi todo: el primer ídolo adolescente, la primera estrella del rock, el primero en fusionar música negra y blanca (o al menos el más conocido) y, por supuesto, el primero en enfurecer a la sociedad del momento al ritmo de sus movimientos de cadera. Antes de «El Rey», Elvis fue Elvis the Pelvis. Parece que Elvis sufría frecuentes episodios de cefalea (Fig. 3) atribuida a varias concusiones cerebrales secundarias a su participación en peleas callejeras23. Don’t, una balada lanzada en 1958, fue su undécimo número uno en EE.UU.
- Don’t (Don’t) Don’t (Don’t)
- That’s what you say
- Each time that I hold you this way
- When I feel like this and I want to kiss you
- Baby, don’t say don’t
- Leave my embrace
FIGURA 3. Elvis con claros signos de dolor de cabeza. Dominio público.
La metáfora es sutil y obvia24. Es curiosa la anécdota que contó Paul McCartney sobre cómo Elvis «le curó» un dolor de cabeza:
«(…) el poder curativo de la música es impresionante. Recuerdo que tenía un amigo llamado Ian James y recuerdo que un día fui a su casa y un dolor de cabeza espantoso…, pero pusimos All shook up de Elvis… Cuando acabó el disco, ¡ya no me dolía la cabeza!».
The fab’s four: John, Paul, George y Ringo, ¿qué más?25. Revolver, el séptimo álbum de estudio de The Beatles, se lanzó el 5 de agosto de 1966. En 2003, RS lo situó en el puesto 3 de su lista de los 500 mejores álbumes de todos los tiempos. El álbum contiene 14 canciones. For no one fue escrita por Paul para su novia, Jane Asher, con quien mantenía continuas discusiones de pareja.
- Your day breaks, your mind aches
- You find that all her words of kindness linger on
- When she no longer needs you…
AÑADIDO LOCAL. LA CEFALEA Y LA GUASA: KIKO VENENO
José María López Sanfeliu, más conocido como Kiko Veneno, nació en 1952 en Figueres, pero emigró pronto a Cádiz, capital mundial de la copla y la guasa. En 1979 colaboró en el disco La leyenda del tiempo, de Camarón de la Isla, siendo el autor de Volando voy. En 1981, en plena movida madrileña y con la intención de hacer un disco-comic, se va a la autoproclamada capital mundial de la modernidad para grabar su primer disco en solitario: Seré mecánico por ti. Una de sus nueve canciones, Farmacia de guardia, es un clásico de los primeros tiempos donde el cantante utiliza el pito gaditano, quintaesencia de la guasa y el carnaval.
- Ay, ay, ay, ay, ay…
- Anda, corre y ve a la farmacia de guardia
- Y pregunta si el negocio va bien.
- Y ya que estás allí, que te diga el boticario
- Si se acuesta también con el babi blanco.
- Tráigame Ansioválium diez
- Me duele la cabeza
- Dame Hemicraneal.
- Ay, ay, ay, ay, ay…
CONCLUSIONES
El vínculo entre música y emoción es manifiesto26. Las cefaleas, como modelos de dolor, se asocian con respuestas emocionales y cuando afligen a seres humanos creativos como los artistas musicales pueden reflejarse en su producción en mayor o menor intensidad. Mediante la descripción de la dolencia cefalálgica de algunos músicos, iconos de la cultura popular, y de su expresión artística, percibimos la interrelación entre diversos géneros musicales y el dolor de cabeza. Las canciones como expresión del lenguaje escrito pueden valerse de metáforas para emocionar, y las emociones que despiertan las cefaleas pueden inspirar el ingenio y la originalidad del artista.
FINANCIACIÓN
El presente trabajo no ha recibido ninguna subvención oficial, beca o apoyo de un programa de investigación destinados a la redacción de su contenido.
CONFLICTO DE INTERESES
El autor no comunica conflicto de intereses en relación con el contenido del trabajo.
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Protección de personas y animales
El autor declara que para este trabajo no se han realizado experimentos en seres humanos ni en animales.
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Derecho a la privacidad y consentimiento informado
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Uso de inteligencia artificial generativa
El autor declara que no ha utilizado ningún tipo de inteligencia artificial generativa en la redacción de este manuscrito ni en la creación de figuras, gráficos, tablas o sus correspondientes pies o leyendas.